jueves, 3 de marzo de 2011

Leyendo entre líneas

Me preguntaba días atrás cómo hallar una visión desde una perspectiva social, no dije política pero a eso me refería, en las novelas y relatos de ciencia-ficción y fantasía. La respuesta llegó cuando preparaba una novela de Robert Silverberg para pasarla a mp3 con un programita que tengo que me permite cargar en mi reproductor libros en audio ya que, imagínense, llevar los volúmenes en braille… Ah, no aclaré nunca que soy ciega.
Todo esto no hubiera surgido si no me hubiese dispuesto a hacer una limpieza y ordenamiento de las cosas que proliferan en mi compu… En “Estación Hawskbill” el prólogo de Frederik Pohl habla de ese trasfondo político que tienen las historias de ciencia-ficción y muchas veces nos pasa desapercibido. Mea culpa hago en mi caso porque he retomado hace poco este género y, como estudiante de Ciencias de la Comunicación, el pasar por alto estos detalles es un poco más imperdonable.
Por eso a leer entre líneas. Pohl nos recuerda, entre otros textos, “1984” de George Orwell o” Fahrenheit 451” de Ray Bradbury. Me tomaré la licencia de usar la cita que pone cuando comenta la respuesta de Bradbury al preguntársele si su novela era una predicción del futuro al que se precipitaba el mundo: “No intento predecir el futuro. ¡Quiero impedirlo!”

Siguiendo con el prólogo de Frederik Pohl, señala que no hay ciencia ficción sin cambio y que el autor debe crear nuevos mundos que, inevitablemente, parten del nuestro que es transformado. ¿Cómo habré olvidado que la novedad se nutre de lo ya existente? Así avanzó y avanza nuestra historia y somos animales políticos, aún cuando disfrutamos de la magia o la ultramodernidad literaria. Más claro, echale agua, perdón, los lugares comunes que una adquiere… el Mejor ejemplo es esta cita de Pohl: “Y al contrastar las
partes que están cambiadas y los efectos de esos cambios con el mundo real que nos rodea, el relato se convierte inevitablemente en un comentario político”.
Un último comentario acerca de las palabras de Frederik Pohl es interesante y me lleva a un tema que también va a una frase cliché: “la realidad supera a la ficción”. En su texto, Pohl dice que la ciencia ficción nos da la oportunidad de ver futuros más o menos posibles pero el desastre de los horrores que como especie podemos generar se quedarán en el papel. Lamentablemente, especialmente en el pasado reciente de Suramérica, hay historias que bien podrían ser consideradas para un libro de ciencia ficción, arriesgaría como autor a Stiphen King, pero son bien concretas y sus secuelas nos acompañan hasta nuestros días.
Entonces, la ciencia ficción también es terreno de el aspecto político que nos es esencial como humanos, es posible analizar escenarios probables sin el riesgo de la vivencia de horrores y, como si fuese poco, un saludable esparcimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario